El titanio y sus aleaciones se han vuelto cada vez más importantes en diversas industrias debido a su relación de resistencia / peso excepcional, resistencia a la corrosión y biocompatibilidad. Uno de los procesos clave en la configuración de los componentes de titanio es la forja, lo que implica la aplicación de fuerzas de compresión para deformar el metal en formas deseadas. La temperatura de forja juega un papel crucial en la determinación de las propiedades finales y la microestructura de los productos de titanio.
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