En conclusión, al comparar los reductores de titanio con los reductores de molibdeno, el titanio emerge como la opción más liviana. Su relación de resistencia / peso superior, resistencia a la corrosión y versatilidad lo convierten en una opción ideal para una amplia gama de aplicaciones, particularmente donde los ahorros de peso son críticos. El molibdeno, aunque más pesado, ofrece ventajas únicas en aplicaciones eléctricas y de alta temperatura. En última instancia, la elección entre los reductores de titanio y molibdeno dependerá de los requisitos específicos de la aplicación, incluidas las consideraciones de peso, temperatura y costos.
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